Autor: Sebastián Pérez Pérez
Hace unos días le hablé a un amigo y vecino mío, Andrés, conocido también por “El Corruco” del trabajo que hacíamos en el grupo de Patrimonio y un pariente suyo salió a colación; concretamente su tío paterno, hermano de su padre, José Ruiz Arroyo, el cantaor flamenco, de la voz de llanto y de almadraba (como lo define José Rondón) conocido como “Corruco de Algeciras”.
Hay un par de cosas que me podrían hacer desistir de escribir sobre él; que no era algecireño de nacimiento, aunque sí es verdad que lo trajeron a vivir a Algeciras con solo un año y tanto por él mismo como por todos los de su tiempo siempre se le consideró de esta ciudad (yo vine con bastantes más años y también me considero algecireño). La otra razón es que yo de este cante, ni de ninguno, entiendo bien poco, pero como me limito a transcribir lo poco que me contó Andrés y lo que leo en Internet, me lanzo a escribir y relatar. También me anima el hecho de haber oído cantar a su sobrino y también bailar, hacer al mismo tiempo el cante y la música de acompañamiento, disfrazarse, animar una fiesta, su simpatía, la facilidad para hacer amigos, etc., y con todo eso me puedo hacer una idea de cómo era su antecesor que creo se merece un sitio destacado entre los personajes algecireños.
Corruco de Algeciras nació en La Línea de la Concepción un 3 de enero de 1910, según recordaba su madre ya con 80 años y un 21 de enero según el Registro Civil, cosa normal en aquel tiempo. En 1911 se trasladaron sus padres a Algeciras por motivos laborales. Su padre, Manuel Ruiz García, tabacalero de profesión, y su madre, Isabel Arroyo Haro “La Corruca ”. Aquí, nacieron el resto de sus hijos, hasta un total de ocho, Elvira, Cristóbal, Andrés, Isabel, Antonio, Miguel y Salvadora. En todos ellos y sus descendientes, parece ser hay algo de artista, de cante, de baile, de toreros, un duende…. Me dice Andrés, ¡Como cantaba mi abuela! aquello de mi tío de “a Algeciras me trajeron con los ojitos cerrados…..”.
Desde muy niño ya cantaba. Tuvo ocasión de conocer y hacer amistad con muchos cantaores de la época. En aquellos años 20 visitaban a Algeciras muchas compañías con muy buenos artistas. Se dice que fue Manuel Vallejo, que visitaba Algeciras, que quiso conocer a ese niño de 14 años, y que le cantó en el Café del Moro, quien le animó a prepararse y seguir adelante con el cante, impresionado al oírle cantar.
Se cuenta, que junto con un amigo suyo, que decía portar una gramola, pícaramente, se situaba en un sitio, echaba monedas en una ranura al efecto, y cantaba el Corruco que estaba agazapado dentro de la caja. Eran normales sus actuaciones en los cafés La Nácar , Plus Ultra, etc., con otros cantaores y guitarristas de la tierra, como Tío Mollino, Choclero, Dominguillo, Manitas de Plata, Macandé, Palanca, Carbonerillo, etc. En 1928 gana un concurso de saetas en el Ideal Cinema de Algeciras.
En 1930 comienza su vertiginosa carrera en el cante, actuando con los mejores artistas del momento, La Niña de los Peines, Pepe Pinto, La Niña de la Puebla , El Cojo de Málaga, El niño de Madrid, El Niño Ricardo, Manolo Martel, Paco Mazaco, El Niño de Utrera, etc. Cantó en los mejores teatros de España y Marruecos, como Madrid, Granada, Barcelona, Sevilla, Casablanca, Tánger, etc., hasta que estalló la guerra incivil en 1936. Sólo un mes antes había actuado en Algeciras en el Teatro Apolo.
Grabó 28 discos con sus diferentes cantes; soleares, malagueñas, seguiriyas, milongas, tarantas, media granainas, campanilleros, fandangos, bulerías. Pero es el fandango, “ su fandango” dónde dicen los entendidos que es inigualable, que lo califican como un fandango personal, musical, intimista, profundo, dramático, viril, auténtico, jondo, quejumbroso y difícil de imitar, salvo excepciones, como mi amigo Andrés que parece imitarlo bastante bien y nunca mejor el dicho “de casta le viene al galgo”.
Se casó en 1932 en Casablanca con Julia Durán de Miras, de nacionalidad francesa, de la que tuvo un hijo, Miguel, que no llegó a conocer.
Republicano, sus fandangos más grabados fueron los de letras políticas como el dedicado a Galán y García Hernández, los militares sublevados en Jaca, preludio de la República de 1931:
la República española.
Ay, un grito de libertad
dio Galán y García Hernández
un grito de libertad
tembló el trono y la corona
y con el dolor hizo triunfar
Lleva una franja morá
triunfante nuestra bandera
la conquistó España entera
por Hernández y Galán
rompió España sus cadenas.
Lo irónico y triste fue, que siendo republicano, lo alistaron en el otro bando y murió en Teruel, al parecer de herida de bala, un viernes santo, 11 de abril de 1938, con sólo 28 años; triste destino de éste y de tantos personajes de uno y otro bando.
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