Autor: José Cortés Señor
En los últimos años en Algeciras han desaparecido muchos bares que en su época fueron lugar de tapeos, de reuniones de amigos, de charlas con las medias botellas de vino fino, de juegos de cartas, de dominó, de tertulias, etc.
Empiezo mi recorrido por el bar Cachafeiro, situado en el chaflán formado entre el Secano y Fuente Nueva, un lugar agradable con vistas a la plaza de toros de “La Perseverancia ”. Secano abajo estaba el bar La Vinícola , frente al lateral del actual edificio de Correos, que era lugar de encuentro de cazadores en las madrugadas que salían a cazar. Un poco más abajo, en la acera contraria, estaba El Quijote, muy frecuentado por trabajadores de Acerinox. Bajamos más y nos encontramos el bar Manolo; tomando a la derecha, en la esquina con la avenida Agustín Bálsamo estaba el bar Avenida, y pasando la antigua estación de RENFE, El Marisquero; al final de la avenida se encontraba La Ballena.
Volviendo atrás, a la plaza Juan de Lima, en la esquina con la calle Tarifa estaba el bar Florida, con su simpático camarero Ricardo, que era objeto de simpáticas caricaturas; Seguimos por la calle de la Alameda , y al final, frente a la capilla del Cristo, se encontraba el bar Galicia, y unos metros más allá el bar restaurante Casa Arturo y el bar Los Pulpos. Ya en la esquina de la Marina estaba el bar Miramar, seguido del bar Delicias. Pasando el hotel estaba el bar restaurante Celta, y tras pasar la parada de autobuses, se encontraban La Langosta Dorada y el Aperitiví.
Cruzamos la calle Teniente Maroto y encontramos el antiguo bar restaurante Casero del que podemos dar algunos detalles. Este establecimiento tenía la entrada al restaurante por la calle Maroto y al bar por la acera de la Marina ; fue destruido en el bombardeo que sufrió Algeciras por el acorazado Jaime I durante la guerra civil española, el día 7 de agosto de 1936, resultado ilesa la familia que vivía en el piso superior. El propietario, Don Antonio Araujo Guerrero, marchó a Marruecos, regresando cinco años después tras ahorrar algo de dinero y restauró el bar restaurante, abriéndolo en 1943 con el nombre Colón. Estuvo abierto hasta 1957. Estos datos del bar restaurante Casero me han sido facilitados por Rafael Araujo Álvarez, hijo del propietario.
Continuamos y pasando la antigua pescadería estaba el bar Ruiz; entrando al mercado, a la izquierda, pasada la farmacia estaba el bar Rosaleda, y tomando la calle Tarifa, frente a calzados La Bomba , estaba el bar Excelsior. Volviendo al mercado, y entrando en la calle Sacramento, a la derecha, estaba el café Bohórquez, lugar de encuentro por las tardes de parroquianos para echar sus partidas. Subiendo por la calle Real, haciendo chaflán, no olvidamos la freiduría Los Gallegos; a la izquierda, en la calle Bailén, estaba el bar Quito. En la Plaza Alta se encontraba La Taurina junto a la capilla de Europa; en el callejón del Ritz estaban, uno frente a otro, el bar El Estrecho y el bar Tánger, ambos muy concurridos a la hora del aperitivo. Cruzamos la Plaza Alta y llegamos a la calle Convento, donde al final estaba el bar Fajardo. Entramos en la calle Ancha por El Calvario y nos encontramos el café Piñero, más adelante el Kin, Bandera y Royalty; a la derecha estaban los billares de Juanito y el bar Sevillano. En este último establecimiento, las tardes que había partidos de fútbol en el campo del Calvario, se colocaba en el centro de la barra una bandeja llena de vasos de agua.
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