Autora: Reyes Yera Guerrero
Era marzo de 1953, tenía yo 11 años, cuando en el Puerto de Algeciras aconteció un trágico suceso.
De pronto se oyeron los gritos del gentío corriendo para todos los sitios, y en su huida se escuchaba decir: “está ardiendo un barco y está lleno de municiones”. En el correr de las gentes se perdieron muchos niños; todo el mundo quería alcanzar la parte más alta de la ciudad, que era la Sierra del Cobre, porque aquello podría hacer desaparecer toda la ciudad de Algeciras.
Entonces, mi abuela gritando me decía: “corre, corre y vete para la casa que yo no puedo correr porque soy muy vieja”. Pero yo ni la escuché, la rodeé con mis brazos, por sus hombros, y la arrastré, corriendo todo lo que mis fuerzas me daban. Cuando llegamos a la plaza de abastos nos sorprendimos ya que estaban todos los puestos tirados, y tanto las verduras como las frutas estaban desperdigadas por los suelos, y las gentes llorando asustadas, sin saber qué hacer, si quedarse o huir dejando derramado su medio de vida.
Al llegar a mi casa, no encontramos a mi madre, que había ido a por mis hermanos menores al colegio. Al poco tiempo llegó mi padre y nos dijo, riéndose bastante, que lo que había pasado en el muelle era que se había prendido fuego un vagón lleno de paja.
Afortunadamente, gracias a Dios, todo quedó en el susto, en el gran susto que pasó toda Algeciras.
Esta expreiencia que Reyes nos ha contado está documentada en este enlace del periódico La Vanguardia de fecha 27 de marzo de 1953. Ahí podéis ver la reproducción de la noticia.
Con 11 años que tenías y, ¡te acuerdas al dedillo de todo! Y contrastado con el periódico.
ResponderEliminar¡Qué memoria Reyes!