AUTOR: Sebastián Pérez Pérez
Siempre he supuesto, y creo que de forma equivocada, que en la construcción del Mercado de Abastos de Algeciras (1933-1935) el único personaje importante y con fama internacional fue el ingeniero Eduardo Torroja Miret, y de ahí el nombre del edificio. Siempre tuve el convencimiento de que el arquitecto que intervino junto a Torroja, Manuel Sánchez Arcas, era un personaje secundario.
Eduardo Torroja Miret fue un ingeniero de caminos muy reconocido tanto nacional como internacionalmente, que antes y después de la Guerra Civil española realizó infinidad de obras y ocupó cargos importantes. Pero, para ser sinceros, Manuel Sánchez Arcas no se queda a la zaga.
Si conocemos su biografía nos quedará claro por qué no tuvo el reconocimiento que se merecía.
Manuel Sánchez Arcas nació en Madrid en 1897. Se tituló en arquitectura en Madrid en 1921. Amplió estudios en Londres y a la vuelta trabajó con Secundino Suazo. Fue a partir de 1925 cuando empieza sus propios trabajos o en colaboración con otros arquitectos e ingenieros. Obras suyas fueron la sede de Tabacalera en Madrid y el Hospital Español de México (1930). Realizó la ampliación de la Estación de Biología Alpina de Guadarrama, ganó el concurso para construir el Hospital de Toledo (1926-1931) y construyó el edificio del Instituto Nacional de Física y Química (Edificio Rockefeller) entre 1927-1932.
Después de viajar por Alemania, Suecia, Holanda, Estados Unidos y Canadá recogiendo conocimientos sobre ciudades universitarias, fue elegido para realizar el proyecto y la construcción del pabellón de Gobierno, la Central térmica y el Hospital Clínico Universitario San Carlos de la nueva Ciudad Universitaria de Madrid entre 1932 y 1935. En estas obras trabajó junto a Eduardo Torroja, con el que también participó en el Mercado de nuestra ciudad.
Juntos, Torroja y Sánchez Arcas, fundaron el Instituto Técnico de la Construcción y Edificación y la revista Hormigón y Acero. Juntos también recibieron en 1932 el Premio Nacional de Arquitectura por la Central térmica de la Ciudad Universitaria.
Manuel Sánchez Arcas militó en el partido Comunista de España, ocupando durante la Guerra Civil puestos importantes. Tras la contienda se exilió a Rusia y Polonia, quedando inhabilitado en España a perpetuidad por el bando vencedor. Trabajó como técnico en la reconstrucción de Varsovia, a la vez que era embajador de la República en el exilio. Se trasladó posteriormente a Berlín donde publicó diversos trabajos.
Murió en Berlín en 1970.
Sumemos la obra de Manuel Sánchez Arcas a la de tantas figuras importantes que fueron ocultadas y prohibidas durante los largos años de la dictadura.
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