AUTOR: Sebastián Pérez Pérez
Hace unos días, a la caída de la tarde, tomábamos el sol en la playa de Getares. Ante nosotros se divisaban las ruinas de lo que conocemos como La Ballenera. No recuerdo por qué, salió la conversación sobre ésta. Mi amigo Antonio, el Tari, que cuando habla de su niñez y juventud tiene una memoria prodigiosa, apostilló: “mi madre me mandaba a un puesto en la plaza a por carne de ballena”.
Incrédulo, lo miré y le pedí que me lo aclarara pues yo, en mi ignorancia, imaginaba la caza de cetáceos y utilización de esas instalaciones como algo más lejano en el tiempo.
Me contó que era realidad, que él había visto sacar del agua a las ballenas y descuartizarlas, así como que su carne (posiblemente por el hambre que había en esos años) sabía a ternera, y que había que sangrarla muy bien antes de cocinarla.
Picado por la curiosidad, indagué en internet, poniéndome al día en este asunto. Hoy, que en la clase de Patrimonio hemos hablado de hacer algunos trabajos sobre temas olvidados de Algeciras, me he acordado del tema de La Ballenera.
A continuación, hubo un receso en la actividad de más de veinte años, ocasionado por el exterminio de ejemplares en la zona del Golfo de Cádiz.
Posteriormente se constituyó la Sociedad Ballenera del Estrecho por el armador de Málaga José López Gutiérrez y el algecireño José Soriano Arlés. Llegaron a trabajar en esta factoría hasta 100 personas, de las que la mitad eran mujeres, dedicadas al procesamiento de la carne y aceites.
La actividad de La Ballenera cesó en 1963, quedando de aquella sangría sólo las ruinas que se divisan a lo lejos desde la playa de Getares y que han dado lugar a este trabajo.
habia otro ballenero que era el enrique,o enriquito, vera
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