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Plaza Alta



La Plaza Alta, con sus diferentes denominaciones, ha sido el centro de Algeciras desde principios del siglo XVIII. El resurgir de la ciudad en 1704, tras la toma de Gibraltar por los ingleses, sucede en este lugar y concretamente alrededor de un oratorio dedicado a San Bernardo, que había sido edificado en 1690 en el lugar en que actualmente se encuentra la Capilla de Nuestra Señora de Europa.
En el plano del “proyecto de las calles” para urbanizar la recién resurgida Algeciras que realizara D. Jorge Próspero de Verboom en 1724 ya aparece la Plaza Alta como tal y con ese mismo nombre.
En 1807, el Teniente General D. Francisco Javier Castaños, futuro héroe de Bailén, ocupando el cargo de Comandante General del Campo de Gibraltar urbaniza la plaza. Ésta recibiría el nombre de “Plaza del Almirante”, en honor del Primer Ministro D. Manuel Godoy. Las obras se iniciaron el 23 de febrero, siendo inaugurada la plaza el 12 de mayo del mencionado 1807, coincidiendo con el 40 cumpleaños de Godoy. Existe un grabado en el Museo Municipal de Algeciras con la inscripción: Vista en perspectiva de la nueva plaza del Almirante en Algeciras” y con el texto: “Construida por la Ciudad su Comercio y Ejército al mando del Excmo. Sr. D. Francisco Xavier Castaños quienes la dedican a la perpetua memoria del Serenísimo Señor Príncipe Generalísimo por su exaltación a la dignidad de Gran Almirante de España e Indias año 1807.” 
El proyecto de remodelación de la plaza fue realizado por el coronel de Artillería D. Joaquín Dolz.
La urbanización de la plaza consistía en la construcción de una plataforma casi cuadrada de 165 pies de largo por 145 de ancho que dejaba un espacio libre a su alrededor que la separaba de los edificios. La plaza tenía ocho entradas, una en cada uno de los vértices y otra en la mitad de cada uno de sus lados. Los laterales de la plaza eran delimitados por bancos de piedra con respaldo de hierro que se alternaban con marmolillos unidos entre sí con gruesas cadenas, hasta llegar a cada una de las entradas que consistían en pedestales con grandes vasos etruscos terminados en faroles. En el centro del lado este se construyó una fuente de cuatro caños. En el centro de la plaza se construyó una fuente-obelisco que era el elemento principal de todo el proyecto. Todo el conjunto estaba rodeado por chopos de Lombardía.
Del elemento central, la fuente-obelisco, sólo se dispone de su representación en grabados, por lo que no se sabe si se realizó exactamente como estaba proyectado. El caso es que el deterioro de la parte superior del obelisco, que era de madera, dio lugar a su demolición en 1827 y a la construcción de otro de mármol, que aprovechaba la fuente y la base cilíndrica del monumento antiguo, y que consistía en una base cuadrada con columnas en cada lado que se remata una columna con capitel sobre el que sobresale la mencionada columna. Este nuevo elemento central de la Plaza Alta fue concluido en 1830. Según Pascual Madoz (Diccionario geográfico-estadístico-histórico. 1845-1850) el obelisco alcanzaba una altura de unos 70 ó 75 pies (entre 20 y 22 metros). Según algunas fuentes consultadas, en 1827 durante la construcción del nuevo obelisco el Ayuntamiento algecireño ofreció al General Castaños la colocación en un busto suyo en la parte superior del nuevo monumento, renunciado el General a esa distinción. En 1852, a la muerte del General Castaños, se volvió a proponer rematar la columna del obelisco con un busto de éste, pero no se llevó a cabo.
En 1834, con motivo de la proclamación de la Reina Isabel II, se instaló una ménsula en la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde a partir de ese momento se ha colocado el rótulo con el nombre de la plaza.      
La plaza con su nuevo monolito no sufrió cambios durante el resto del siglo XIX, siéndole instalada la iluminación eléctrica en 1892.
En 1894 se demolió la fuente lateral de abastecimiento público que había en la plaza.
En 1918 fueron suprimidas las farolas y las cadenas que rodeaban el perímetro de la plaza.
En noviembre de 1926 fue demolido el casi centenario obelisco de mármol, siendo alcalde D. Joaquín Bianchi Santacana, sustituyéndose por una farola de cuatro brazos sobre base de ladrillo rojo que fue denominada por los algecireños como “la cocina económica”. El motivo de esta inexplicable actuación no está del todo claro, achacándose por un lado al poco probable estado ruinoso del monolito (hubo de derribarse empleando dinamita), y por otro al absurdo intento de evitar la broma de que el monolito no estaba rematado por ningún busto pues todavía no se había encontrado a ningún algecireño que tuviese el mérito de no ser contrabandista.
Entre 1929 y 1930 (coincidiendo con el final del mandato como alcalde de D. Laureano Ortega Arquellada y el comienzo del de D. Emilio Morilla Salinas), se remodeló completamente la plaza. Se ensancharon las calles que la rodeaban para permitir el tráfico de automóviles, se sustituyó la farola central por la fuente actual, y se rodeó el perímetro con una balaustrada con bancos. Algunos años más tarde se colocaron los cuatro bancos ochavados con farolas que permanecen en la actualidad. Todos estos elementos estaban decorados con azulejos de cerámica sevillana realizados por Cerámica Santa Ana y Cerámica Sevillana de Triana Casa González.  Parte de los azulejos recreaban escenas de la obra “D. Quijote de la Mancha”. Como dato anecdótico cabe reseñar que con motivo del establecimiento de la república en 1931 fueron borradas las coronas que aparecían en los azulejos, detalle que podemos observar en la actualidad.
En 1943, siendo alcalde D. José Gázquez Morales, se procedió a colocar una solería en la plaza con losas de color verde y azul.
La artística balaustrada de cerámica fue sustituida en 1968 por una funcional e inapropiada baranda de hierro sin ningún valor artístico.
En diciembre de 1970 se inauguró la fuente luminosa en la plaza, aunque sin realizar cambios en la estructura de misma.
En 1984 se procede a realizar importantes reparaciones en la plaza. Se coloca el cerramiento del jardincillo de la fuente, se reponen piezas de cerámica de los bancos y se arreglan algunas otras zonas deterioradas del recinto.
A principio de 1993 el Ayuntamiento propone el levantamiento de la plaza para construir bajo ella un aparcamiento subterráneo. El anuncio produce una reacción adversa en los ciudadanos y en algunas entidades y medios de comunicación locales. En julio de ese mismo año el Ayuntamiento renuncia a realizar dicho proyecto.      
En 1995 tuvo lugar la última remodelación de la plaza. Se volvió a colocar una balaustrada de cerámica similar a la que tuvo entre 1930 y 1968, se rehízo todo el firme del suelo y la solería, se arreglaron muchos de sus bancos y se sustituyó el parterre de la fuente central.   
Nombres de la plaza a lo largo de su historia:

Durante el s. XVIII fue “Plaza Alta”.
Con la urbanización del General Castaños, en 1807, recibe el nombre de “Plaza del Almirante”.
A partir de 1808 “Plaza del Rey”.
Durante el Trienio Liberal (1820-1823) fue “Plaza de la Constitución”.
Volvió a ser “Plaza del Rey” a partir de 1824.
Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) fue “Plaza de Isabel II”.         
A partir de 1868 volvió a ser “Plaza de la Constitución”, siéndolo hasta 1931.
Con la 2ª República fue “Plaza de la República”.
A partir de 1936 recibe el nombre de “Plaza del Generalísimo Franco”.
A partir de la llegada de la democracia vuelve a su nombre de “Plaza Alta” que ha sido realmente el que siempre ha tenido para los algecireños.

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