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Cementerio viejo de Algeciras


Autoras: Carmen Perea, Elena Durán, Elvira Guerrero y Carmen Feijoó

Está situado junto a la playa Los Ladrillos. Una placa de mármol situada en la parte superior de la puerta dice:

SE CONSTRUYÓ A EXPENSAS DEL PUEBLO EN EL AÑO 1848 SIENDO ALCALDE D.ANTONIO BLANCO Y FRANCÁS

 
Este cementerio fue bendecido e inaugurado el 22 de Septiembre de 1849. Constaba de cuatro amplios patios; en el Central y en el de La Virgen de la Palma, se levantan lujosos mausoleos y la Capilla. En el año 1885, se edificó una estancia que servía para depósito y autopsias, el cual hace años que dejó de usarse. En 1891, el Ayuntamiento adquirió unos terrenos anexos, que destinó a cementerio de disidentes; en 1944 se segregó la mitad de este y aislado del civil y en comunicación con el católico se destinó a enterramientos de caídos de la Guerra Civil Española entre 1936 a 1939, y “allí descansan nuestros héroes, protegidos por los amantes brazos de la cruz”.

Los restos que quedaron en el antiguo cementerio, fueron exhumados en 1863 y trasladados a este camposanto, depositándolos en una gran fosa, detrás de la Capilla, según un monolito, que en una lápida de mármol, detrás de esta dice:

R.I.P.A.

EN EL AÑO 1862 SIENDO PRESIDENTE DEL ILUSTRE AYUNTAMIENTO DE ESTA CIUDAD DE ALGECIRAS EL Sº. D. MANUEL JULIÁ Y JIMÉNEZ, FUERON TRASLADADOS A ESTA FOSA CON LAS SOLEMNIDADES PREVENIDAS EN EL PONTIFICIAL ROMANO LOS RESTOS MORTALES QUE EXISTÍAN EN EL ANTIGUO CEMENTERIO; Y EN 1894, SE RESTAURÓ ESTE SAGRADO DEPÓSITO Y SE ERIGIÓ EL PRESENTE MONUMENTO SIENDO PRESIDENTE DEL MUNICIPIO EL Sº D. JOSÉ SANTACANA Y MENSAYAS.

 

La capilla no se terminó hasta el 20 de Marzo de 1874, y fue bendecida por el Iltmo. Sr. Obispo de Cádiz Fray Félix de Arriete y Llanos en honor de Jesucristo Crucificado. Esta imagen fue donada por el Sr. Obispo con la condición de que tendría que permanecer constantemente en aquel altar, y si por cualquier causa dejara de estar allí colocada, era su expresa voluntad que se hiciera cargo de ella el párroco para colocarla en la Iglesia de la Palma. Esta imagen en 1950, se trasladó a la Capilla de Europa, y fue colocada en el lateral de un muro, en la calle. Este Cristo crucificado fue bautizado con el nombre de Cristo de las Flores, pues siempre estaba adornada con gran cantidad de ellas. Cuando se hicieron reformas en la capilla fue trasladado al interior de la misma.

En el cementerio viejo reposan los restos mortales de D. Antonio Blanco y Francás, que fue el alcalde que lo construyó y que murió en el año de su inauguración. Por esta razón, su placa está situada a la entrada del cementerio y colocada por el Ayuntamiento, concediéndole la sepultura a perpetuidad.

Es curioso que fuera este alcalde el que lo mandó construir y que muriera cuando iba a inaugurarse.

El cementerio tiene una superficie de 17.660 m2, y cuenta con 10 patios, en los cuales hay 10.176 nichos, 687 párvulos, 2.485 osarios, 62 panteones y 456 fosas.

Antes se podía disponer de un nicho en alquiler durante 5 años, pero después se aumentó a 10 años.

En este cementerio se encuentra la tumba de la joven de 20 años, Leonor González Gil, que murió apuñalada por mediar en una pelea entre su hermano y un amigo de éste. La lápida está esculpida por Euclides Rendón en una tumba donde la figura de un ángel llora sobre la joven yacente. Su epitafio es muy sencillo, sólo figura:


Leonor González Gil
11 de Marzo de 1920
Recuerdo de su madre y hermano

 También es conocido el nicho de Antonio Mena Vicario, más conocido como “el Santito” o “el Soldado”; según cuentan, un joven se le apareció a una mujer que estaba limpiando una tumba y este le pidió a la joven que por favor limpiara una tumba que había cerca y que estaba muy abandonada. La joven se dirigió a la lápida y al acercarse vio una fotografía, se dio la vuelta   asombrada al comprobar que el joven era el mismo que el de la foto. Desde entonces son muchos los algecireños que se acercan a su sepultura para pedirle favores, y su nicho siempre está lleno de flores, velas y de exvotos.

Otras leyendas como la del niño milagroso, enterrado muy cerca de Antonio corren por el camposanto.

El monumento de la familia Santacana (sin fecha), es el exponente más representativo del neogótico en el cementerio de Algeciras, entrelazando sabiamente en el pináculo los motivos ornamentales y fúnebres.

En el caso de la familia Navarrete, el monumento preside un amplio espacio con planta de cruz griega en la que se reparten numerosas tumbas de la familia (la más antigua de 1882). Son muy significativas las rejas que acotan este recinto, donde se repiten relojes de arena forjados.

El monumento de la familia Cumbres (1902), simboliza la velación del cadáver antes de sepultarlo, así un sencillo túmulo de piedra ha sido rodeado por una verja en la que los cuatro balaústres de las esquinas se han transformado en los candelabros que alumbran el velatorio.

En el camposanto algecireño pueden encontrarse inscripciones antiguas y modernas que dejan huellas de la memoria de los difuntos sobre la historia de la ciudad, como la del pintor Ramón Puyol, en cuyo epitafio puede leerse una larga sucesión de poesías, de donde se sacan fragmentos como “la muerte no existe....es sólo el último peldaño de la escalera de la vida”, o “yo personalmente he resucitado y, paradójicamente frente al cementerio”.

De gran belleza y poesía es también el epitafio de Antonio Sánchez Pecino, padre del guitarrista Paco de Lucía, en cuyo sepulcro puede leerse: “También nos condena a muerte, cuando Dios nos da la vida”, letra de un fandango que el propio Antonio Sánchez escribió y que se elevó en la sublime voz de Camarón de la Isla.

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